Cuando se menciona la Avenida Bucareli, inmediatamente viene a la mente una serie de monumentos y edificios como el Reloj Chino, el Caballito, el Edificio Gaona, el Edificio Vizcaya y el Edificio Mascota. Este último tiene una historia muy significativa, pues el lugar donde se encuentra fue, en algún momento, la fábrica de cigarros más importante de México, conocida como El Buen Tono, esto a finales del siglo XIX cuando el empresario Ernesto Pugibet compra los terrenos donde se ubicaba el Convento de San Juan de la Penitenciaría. En ese entonces  se estableció una ley que obligaba a los empresarios a ofrecer vivienda para que sus trabajadores vivieran cerca de sus centros de trabajo y fue esto lo que dio vida a El Edificio Mascota.

Este edificio, además de ser una de las estructuras más representativas de la Ciudad de México, es la primera de la cual se tiene registro como edificio de departamentos en la zona y de ser de las primeras construcciones en la que se usaron estructuras prefabricadas. Se pensó en que el edificio debería ser similar a los conjuntos parisinos, de departamentos agrupados con calles emulando callejones o pasajes. Además, su ubicación marcaba la frontera del barrio más afrancesado de todos los que se edificaron en ese entonces: la colonia Americana, hoy Juárez.

Cabe señalar que en 1913 fue el ingeniero Miguel Ángel de Quevedo que lo creó y se dice que el costo de la obra fue de dos millones 500 mil pesos de la época. Dentro existen tres calles o pasajes que van de Abraham González a Bucareli. Abarca 100 metros por lado y cuenta con tres módulos que suman 173 departamentos de dos o tres recámaras que tienen espacios para sala, comedor, salón para televisión o juegos, uno o dos patios interiores, e incluso sótanos, además de que han permanecido habitados constantemente.
El Edificio Mascota se ha caracterizado por ser considerado un ejemplo de arquitectura que persiste al paso de los años siendo funcional, y resultan más eficientes que los conjuntos habitacionales actuales, apartados de la ciudad, con servicios caros, donde vive mucha gente en poco terreno, con servicios urbanos suficientes y conectada mediante sistemas de transporte (Páramo, 2012).

Un rasgo distintivo que mantiene son las las letras GPP en las rejas de hierro forjado, las cuales se dicen son las iniciales de Guadalupe Portilla de Pugibet, la  esposa del fundador de la fábrica del Buen Tono. Así que si lo quieres conocer recuerda que está a sólo unos pasos del Edificio Dondé y que es de los pocos que perduran de la época porfiriana en Bucareli, sin duda un lugar lleno de historia.
Referencias:
Páramo, A. (2012, October 20). Cien años de ser un ejemplo habitacional. Excélsior. Retrieved January 17, 2023, from https://www.excelsior.com.mx/2012/10/20/comunidad/865351
Pardo, F. (2013, June 13). Vivienda y tabaco. Arquine. Retrieved January 17, 2023, from https://arquine.com/vivienda-y-tabaco/
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