Lucrecia Sodo es artista plástica y arquitecta, quien comenzó a pintar en la adolescencia. Desde entonces, paralelamente a sus estudios secundarios y universitarios, pintó cuadros y objetos que tuvieron alcance en el ámbito artístico local. Al terminar sus estudios de Arquitectura en el año 2001, comienza a cursar la carrera de Bellas Artes y asiste al Taller Experimental de Estampado y Serigrafía del Centro Cultural Rojas (Buenos Aires), decidida a investigar nuevas formas de expresión plástica. Realizó varias exposiciones en Buenos Aires y Rosario, entre 2003 y 2006. Estuvo a cargo del Área de Diseño y Coordinación de Arte del taller de Serigrafía del Centro Cultural Arturo Jauretche. En el año 2007 se traslada a México donde incursiona en las técnicas de grabado y cerámica artística. Fue Coordinadora General del despacho de arquitectura PRODUCTORA y actualmente ha emprendido su propia aventura.

¿Qué te llevó a estudiar arquitectura y artes plásticas?

Desde muy chica me gustaba dibujar, ilustrar cuentos, pintar e iba a un taller de cerámica infantil. En mi primaria y secundaria había que optar por actividades plástica o música, yo siempre elegí plástica. En mi casa de la infancia buscaba pinturas y maderas que sobraban de algún arreglo y siempre inventaba algo. Cuando empecé a pensar que estudiar en la Universidad, estaba entre Arquitectura y Bellas Arte. Mi madre es arquitecta, entonces se me hizo más fácil imaginar una vida profesional si elegía arquitectura. En cambio no conocía artistas plásticos, más que mi profesora de cerámica, mi profesora de Arte de la secundaria y algunos artistas amateur de mi pueblo que tenían otros trabajos pero paralelamente pintaban. Como no me gusta la docencia y no entendía que otras opciones había en la vida laboral de un artista, me decidí a estudiar arquitectura. Me recibí en el año 2000 y enseguida empecé la carrera de Bellas Artes, aunque solo cursé dos años y continué mi formación artística con cursos y talleres. Ya viviendo en la ciudad de Rosario y en contacto con su actividad cultural entendí que quería y podía dedicarme también al arte. 

¿Cuál es tu proceso creativo?

Siempre trabajé con la imaginación, intentando traer a la realidad formas o combinaciones de elementos y colores. Cuando aquella idea ya está en la realidad, con su textura, su tamaño y su desarrollo en el tiempo, siempre me sorprende y me estimula. Y es aquí donde encuentro el placer de descubrir, donde aparece la curiosidad por explorar las variantes de un planteamiento estético. 

En mis obras a veces necesito lo figurativo para representar mejor ciertas metáforas, el cuerpo humano como referencia para lograr la identificación de sensaciones y de ubicación en un contexto, acerca de cómo nos podemos sentir en relación al mundo y a nosotros mismos, y son sentimientos tan propios y a la vez universales que cada espectador seguramente lo interpreta de manera diferente. 

Otras veces, prefiero las formas abstractas, donde el recorrido de las líneas y el movimiento que describen puede hablar de intenciones, de salir, entrar, empezar, volver, abrir, cerrar, en fin, acciones vitales que todos comprendemos. 

En mis trabajos más recientes utilizó módulos creados con una lógica geométrica, es decir que las formas contenidas en los módulos tienen puntos de contacto precisos y posibilitan la generación de patrones. En esta búsqueda expresiva fui descubriendo un lenguaje gráfico para crear una proliferación de mundos imaginarios, en donde los módulos generadores dejan de distinguirse como tales y se funden en una composición compleja.

¿Qué buscas al intervenir espacios?

Al intervenir espacios busco transformarlos y potenciarlos. Cada espacio tiene cualidades especiales de tamaño, luminosidad, proporción, textura, etc. Para mí estas características son condicionantes muy importantes que definen la intervención y la intención de la misma. Tanto los colores que se escogen como la densidad y extensión de las formas, van a crear una nueva calidad espacial. Se puede trabajar con un gran contraste para poner en valor la materialidad existente y diferenciarla de la intervención, o se puede actuar de manera más armónica, intentando acoplarse a lo existente para crear una unidad. Las opciones son muchas y a veces no es fácil decidirse, yo trato de avanzar con las que mas me gusta y meterme de lleno sin volver atrás.

¿Qué te llevó a colaborar en PRODUCTORA y que te gustó de trabajar ahí?

Yo llegué a México en el 2007 decidida a trabajar únicamente en proyectos artísticos, cuando me encontré casualmente a los socios de PRODUCTORA, estaba haciendo cerámica y grabado principalmente. Desde que conocí la oficina me fascinó este proyecto enfocado en la arquitectura contemporánea mexicana, involucrado en concursos y convocatoria nacionales e internacionales. Cuando me propusieron trabajar con ellos sentí que se abriría un nuevo mundo muy interesante y enriquecedor. Y así fue, a través de los proyectos de PRODUCTORA conocí arquitectos y artistas que siguen siendo una referencia para mi. Trabajé en PRODUCTORA desde marzo del 2008 hasta junio del 2021, un poco mas de 13 años, en el rol de Coordinadora General, un puesto que fue creciendo en la medida que fue creciendo la oficina. Disfruté mucho de ser parte de este proyecto, porque mi visión tenía que abarcar todo lo que sucedía y todo lo que implica que una oficina de arquitectura funcione: podía entender el desarrollo de diseño de los proyectos, la relación con los cliente, la imagen y prensa de la oficina, la formación de los equipos de trabajo, la selección y mantenimiento del equipamiento de nuestro espacio, la agenda de actividades, conferencias, exhibiciones, eventos especiales, y muchas otras cosas más administrativas y operativas.  Yo soy una persona muy organizada y responsable (eso dicen.. jaja) y aportar a que este gran proyecto funcione, entendiendo aspectos de la profesión que muchas veces no se consideran cuando uno decide ser arquitecto, me dio mucha satisfacción. PRODUCTORA fue mi casa durante muchos años, el ambiente de trabajo activo y colaborativo siempre fue de lo mejor. Ahí encontré grandes amigos de la vida y los cuatros socios de PRODUCTORA siguen siendo cercanos y queridos amigos también. 

¿Cómo crees que el arte y la arquitectura pueden mejorar la vida de las personas?

El arte y la arquitectura pueden mejorar la vida de las personas en tanto se ocupan de sus necesidades primarias: sensoriales, culturales, emocionales e intelectuales . La arquitectura y el arte funcionan como reflejo de la sociedad, con la carga histórica que esto implica. Y como todas las artes se van nutriendo de las ideologías de su época e intentan expresar, resolver y avanzar hacia el futuro. Creo que hay diferentes tipo de arte y de arquitectura en cuanto a las intenciones expresivas, políticas y estéticas, sin embargo todas forman un conjunto que se pueden analizar global o particularmente en relación al contexto. La arquitectura generalmente tiene que responder a una función, la cuestión es resolver ese requerimiento de la mejor manera, considerando eficiencia, belleza e innovación. El arte plástico, en cambio, sin fines utilitarios precisos, se dirige a los espectadores para estimular, conmover y despertar sentimientos y pensamiento. Cuando pienso en responder esta pregunta, se me ocurre que hay diferentes escalas, uno puede hablar de las personas a nivel sociedad, a nivel generación y a nivel personal, por eso es difícil dar una respuesta que abarque toda la complejidad del asunto. Pero creo que en todos los casos y en todas las épocas podemos entender que las personas necesitan del arte y de la arquitectura y por suerte parece que esta posibilidad de libertad y expresión, aunque falta mucho, es cada vez más amplia y variada. 

Puedes conocer más de Lucrecia Sodo en su sitio web https://lucreciasodo.com/ y redes sociales @luquisodo

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