El “Paseo de la Reforma” es una de las avenidas más emblemáticas no sólo de la ciudad de México sino de todo el país. A lo largo de 15 kilómetros, nos maravillamos con sus edificios, esculturas, restaurantes, museos y demás sitios de recreación, cuya variedad representa el pasar de los años y gran parte de la memoria colectiva.
Su origen se remonta a 1864, cuando el emperador Maximiliano de Habsburgo mandó trazar la arteria para trasladarse fácilmente, junto con su esposa Carlota de Bélgica, de su residencia en el Castillo de Chapultepec a la ciudad. Inicialmente se le llamó “Paseo de la Emperatriz o Emperador”, en ese entonces, estaba planeado como un lugar para la élite, solemne y sin permitir el paso a ningún tipo de carruaje. Sin embargo, el proyecto original nunca se terminó, pues a la caída del Segundo Imperio Mexicano los planes iniciales se olvidaron; se abrió al público en general y se le cambió de nombre a “Paseo Degollado”, en honor al militar y político Santos Degollado; luego con Sebastián Lerdo de Tejada se dio la orden de terminar los trabajos para lograr una avenida funcional y se le nombró “Paseo de la Reforma” en honor al proceso histórico que atravesaba el país.
Posteriormente, durante el gobierno de Porfirio Díaz se retomaron las ideas de Maximiliano para embellecer la zona, con la inauguración de monumentos como el de Cristóbal Colón o el de Cuauhtémoc del escultor Miguel Noreña, las estatuas de los próceres patrios que todavía se conservan a lo largo de la avenida y como parte de los festejos del Centenario de la Independencia en 1910, se inauguró “El Ángel de la Independencia”, una columna coronada con la victoria alada, la cual integra en su basamento algunos restos de los héroes insurgentes y un complejo escultórico con las figuras más sobresalientes de dicho movimiento.
Hacía 1920, el Paseo de la Reforma ya tenía su extensión actual. En cien años, se ha convertido además de una importante vialidad, en un sitio de reunión y entretenimiento, albergando algunos de los edificios y rascacielos más emblemáticos y relevantes de la ciudad contemporánea como son la Torre BBVA, la Torre Mayor (en lo que antes era el Cine Chapultepec), la Torre Reforma o la Torre Chapultepec, entre muchos otros. Además, se han sumado esculturas contemporáneas como “El Caballito” de Sebastián, al ocupar el antiguo sitio de la Figura Ecuestre de Carlos IV, escultura realizada por Manuel Tolsá y la Estela de Luz. La avenida, también es conocida por sus fuentes como la Diana Cazadora, la de Petróleos Mexicanos o la de Bucareli, que todavía hoy atraen a los transeúntes por su vistosidad.
Finalmente, a solo dos cuadras de la intersección del Paseo de la Reforma con Av. Paseo de Bucareli, se halla el proyecto residencial Edificio Dondé, un desarrollo realizado por el despacho Cadaval & Solá-Morales de la mano de ReUrbano. ¡Anímate a recorrerla!